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Lo quiero/no lo quiero

Lunes 29, abril 2013

Moodyo es una red social fundada por dos españoles donde mostrar qué objetos se desean o detestan

De ahí viene el nombre, una mezcla de “mood”, ánimo en inglés, y mola y odiar en español.

“¿A quién se le ocurre comprarme una diana? Si en la vida he jugado a los dardos”, pensó Javier Padilla (Sevilla, 1977). Lo grave es que el presente venía de sus padres. “¿Tan poco me conocen’”, se lamentó. De ahí nació la idea inicial de Moodyo.

Alejandro Guerra (Morón de la Frontera, 1982), es el otro fundador de esta web. Este ingeniero de telecomunicaciones decidió sumarse al proyecto como responsable técnico. “Si no creemos en nuestro proyecto nosotros, ¿cómo lo van a hacer los inversores?”, expone Guerra para subrayar su decisión de dejar un trabajo fijo y montar su empresa.

De momento, esa actitud de apostar fuerte de los cofundadores ha gustado a los primeros inversores. En noviembre cerraron su primera ronda de financiación con 450.000 euros. 300.000 provienen del Fondo Jeremie de la Unión Europea, en forma de préstamo participativo. Otros 90.000 son capital aportado por la empresa 3Dsignia. Los último, 60.000, corresponden a Mola, la incubadora de Enrique Dubois. “Su labor es fundamental, más allá del dinero, para enfocar bien el producto y lanzarnos en el extranjero”, expone Padilla.

Las compras son menos impulsivas, más reflexivas, por lo que se genera más debate, búsqueda y selección, dicen los fundadores de Moodyo

No dudan en definirse como el Facebook de las compras, aunque su estética con tablones indicando “me mola”, “lo quiero” y “lo tengo” se acerca más a Pinterest y Fancy. “Queremos ser el lugar de consulta antes de decidir una compra. Un sitio donde tener opiniones, críticas y posibles lugares de compra”, dice Padilla, consejero delegado. “Antes se hacía en foros. Ahora, dos meses antes de una compra importante se empieza la labor de búsqueda. Amazon se ha quedado en la lista de deseos, nosotros le hemos añadido el diálogo con los amigos”.

En opinión de los cofundadores la crisis les puede ser de ayuda. “Las compras son menos impulsivas, más reflexivas, por lo que se genera más debate, búsqueda y selección. Moodyo está pensado para ello” aporta Guerra.

En los cuatro últimos meses han pasado de 800 personas registradas a más de 10.000. La clave ha estado en las redes sociales; con la integración de las acciones de Moodyo en Twitter se puede publicar cada objeto descubierto, y para una integración más profunda, Facebook. “Optamos por incluir el Social Graph, así sale en las últimas acciones de los usuarios y nos descubren de manera natural. Ha sido un acierto”, insiste el director técnico. Y matiza una curiosidad, no pueden decir “me gusta”, pues es una acción registrada por Facebook dentro de su propio servicio. En inglés han optado por convertir el botón en “love”.

Fuente y noticia completa: El País, por Rosa Jiménez Cano



 

 
	
 

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