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Las universidades, clasificadas en 7 grupos homogéneos para evaluar su eficacia

Martes 27, diciembre 2016

La Fundación BBVA y el Ivie acaban de presentar la  monografía La Universidad Española: Grupos Estratégicos y Desempeño, un estudio dirigido por el investigador y profesor universitario Joaquín Aldás, que plantea un sistema de evaluación del desempeño de las universidades diferente al de los ránkings tradicionales. El informe establece la clasificación de las universidades en 7 grupos homogéneos, en los que se agrupan instituciones de similares características, recursos y contexto socioeconómico, para que puedan ser comparadas basándose en criterios más realistas. De esta forma, los modelos de eficacia que destacan en cada uno de los grupos también resultan más fácilmente imitables por las universidades que se encuentran en su mismo escalón.

En los últimos 20 años, el Sistema Universitario Español (SUE) se ha vuelto mucho más heterogéneo, con el desarrollo y la convivencia de universidades grandes y pequeñas, generalistas y especializadas, públicas y privadas, orientadas a grados o a másteres, con alumnado local o internacional, etc. Esta heterogeneidad es la que, según el informe, en el que también han colaborado los investigadores Alejandro Escribá, María Iborra y Vicente Safón, plantea la necesidad de agrupar a las universidades según similitudes.

Los 7 grupos estratégicos se han configurado según las características del entorno geográfico de cada universidad, los recursos financieros, la tipología de su profesorado y de sus estudiantes, así como el grado de complejidad organizativa (tamaño de la institución y oferta de títulos). Estos factores explican hasta el 59% de los resultados que obtienen las diferentes universidades en las tres perspectivas analizadas: docencia, investigación y desarrollo tecnológico.

Los siete grupos identificados en esta investigación son

1. Universidades a distancia. Su sistema de enseñanza, basado en las TIC, hace que los presupuestos por profesor y alumnos sean reducidos, dado el gran número de estudiantes que atienden. Su entorno de competencia es nacional y su tamaño elevado, especialmente la UNED.

2. Universidades privadas. Se caracterizan por sus elevados presupuestos por profesor y alumno. Se concentran en provincias de renta per cápita elevada y destaca su intensa especialización en la enseñanza, frente a la investigación.

3. Universidades altamente especializadas. Universidades de tamaño medio, con mayores recursos financieros que la media y una oferta de títulos muy concentrada en algunas ramas de la enseñanza. Actúan siempre en entornos de alta renta per cápita.

4. Grandes universidades metropolitanas. Universidades de tamaño elevado, tanto en número de estudiantes como de titulaciones. De carácter generalista, con títulos muy repartidos entre distintas ramas de enseñanza. Sus recursos financieros son elevados, aunque menores que los de grupo anterior (3). Actúan en mercados geográficos potenciales grandes, con fuerte competencia

5. Jóvenes universidades investigadoras. Nacidas en su mayoría en los años 90, presentan una elevada concentración en determinadas ramas de conocimiento. Con recursos financieros por debajo de las de los grupos 3 y 4, sus entornos de competencia son menos intensos. Suelen ser las únicas universidades de su provincia

6. Universidades regionales generalistas. Ubicadas en su mayoría en provincias con un PIB per cápita modesto, son de carácter generalista y poseen gran tradición histórica. Tienen un número elevado de estudiantes, pero con una dotación de recursos inferior a los grupos anteriores. El mercado potencial de su entorno es bajo y la presión competitiva también, ya que suelen ser las únicas universidades públicas en su provincia.

7. Universidad públicas docentes. Ubicadas también en comunidades autónomas con el PIB per cápita promedio bajo, tienen presupuestos reducidos. De tamaño mediano o pequeño, la especialización de su oferta de títulos es intermedia.

Según la monografía, esta clasificación y la evaluación intragrupal de las universidades permite obtener resultados más precisos sobre el desempeño de las instituciones, encontrar referentes de buenos resultados entre aquellas que más se parecen y plantearse objetivos de mejora imitando estrategias más cercanas y realistas. Además, la Administración, al disponer de comparaciones más precisas, puede exigir objetivos diferenciados y repartir los recursos públicos según el desempeño, basándose en criterios mejor informados.



 

 
	
 

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