¿Cómo conjugar una suficiente calidad científica con la promoción del desarrollo tecnológico? ¿Qué tendencias podrían ser beneficiosas en la coyuntura actual para el sistema de I+D en España? ¿Es exagerado identificar la ingeniería como el problema más importante de la arquitectura del sistema español de I+D (el eslabón perdido entre la I y la D)?

Estas son algunas de las cuestiones que se plantean en la mesa redonda “Investigación, desarrollo tecnológico e ingeniería” que organizó la Real Academia de Ingeniería (RAI) hace unas semanas.  

Manuel Doblaré, académico de la Real Academia de Ingeniería, destacó en su ponencia que la generación de la tecnología a partir del conocimiento (desarrollo tecnológico) es vital en la creación sostenible de riqueza. Según Doblaré, hay que promover la interacción permanente y  estructurada entre los distintos actores en un nuevo  modelo de desarrollo industrial. En este sentido, todos los actores implicados han de promover cambios importantes en su cultura para adaptarse a este modelo.

La ingeniería es la única conexión viable entre la generación de conocimiento y el mercado, destaca Castañer

“La ingeniería llama a la puerta de la I+D”, indica Luis Castañer (RAI). Afirma que pese a que está “mal valorada y erróneamente evaluada” la ingeniería es “la única conexión viable entre generación de conocimiento y mercado” dado que genera posicionamiento tecnológico sólido.  

Por su parte, Juan Manuel Rojo, académico de la Real Academia de Ciencias, centra su exposición en analizar dónde debería centrarse la actuación en I+D de las Escuelas de Ingeniería en el sistema español de Ciencia y Tecnología. En su ponencia dedica especial atención a la formación de lo que denominó “ingenieros de I+D” y esboza cuál podría ser el camino ideal para la formación de ese perfil.