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Las horas bajas de la energía solar

Viernes 3, agosto 2012

Ante la caída libre de los precios, las empresas de tecnología solar repiensan estrategias que hace solo unos años parecían inamovibles

En los últimos tres años, la industria de la energía solar ha logrado resultados espectaculares reduciendo costes. De hecho, ha llegado a reducir el coste del vatio de energía a la mitad. Pero esa caída libre de los precios, impulsada por la fabricación a gran escala de los productores chinos, ha puesto a decenas e incluso cientos de empresas solares en la lista de especies en peligro de extinción. Para sobrevivir, las nuevas empresas de tecnología solar están repensando estrategias que parecían inamovibles hace tan solo unos años.

El peligro es evidente. Abound Solar tuvo que cerrar a principios de este verano porque no podía mantener el ritmo agotador de las reducciones de costes en la industria. Su caída sigue al espectacular colapso de Solyndra y las quiebras, cierres de plantas y reestructuraciones de muchos otros proveedores solares.

¿Cómo pueden sobrevivir las start-ups solares? El reto no es la falta de innovación o de financiación. En Estados Unidos las empresas solares innovadoras han atraído miles de millones de dólares de capital riesgo y préstamos gubernamentales. Pero incluso contando con una tecnología muy atractiva, los actores más pequeños se enfrentan al potente viento en contra de la competencia de gigantescos proveedores titulares que tienen acceso a grandes cantidades de capital barato, y al mismo tiempo, tienen que adaptarse a nuevos proceso de producción a escala.

Las empresas se enfrentan a proveedores gigantescos con capital barato y deben adaptarse a nuevos procesos de producción a escala

La historia de 1366 Technologies, con sede en Lexington, Massachusetts (EE.UU.), ilustra lo difícil que es introducir una nueva tecnología en un mercado de proveedores volátil. De las numerosas start-ups solares que han surgido últimamente, esta spin-off del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.) ha destacado por jugar bien sus cartas. Al contrario que otras start-ups más arriesgadas que gastaron grandes cantidades de dinero diseñando equipos especiales para fabricar nuevos tipos de células fotoeléctricas y paneles solares en forma de finas películas, 1366 se centró en mejorar el proceso de fabricación de silicio ya existente, más prevalente hoy que nunca. Y metió mano a un grave problema: el elevado coste del silicio apto para fabricar células solares.

Si todo lo demás falla, algunas empresas solares podrían vender su propiedad intelectual bajo licencia a otros fabricantes, aunque desde un punto de vista financiero, es el camino menos interesante. Muchas empresas solares incipientes acertaron al apostar por las nuevas tecnologías para lograr que el coste de la energía solar se acerque al de los combustibles fósiles. Sin embargo, al final las tribulaciones del mercado quizá triunfen sobre sus avances técnicos.

Fuente: Technology Review



 

 
	
 

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