Las grandes empresas manufactureras españolas (250 o más trabajadores) han aumentado un 14,5% su competitividad desde el inicio de la crisis en 2008. Además, su mayor productividad les permite pagar salarios más elevados que las micro y pequeñas empresas. Esta combinación de productividad y salarios explica que la gran empresa industrial española sea más competitiva que las grandes empresas de Alemania o Reino Unido, pues sus costes laborales unitarios son un 38% y 21% inferiores respectivamente. En el futuro, sin perder competitividad, la gran industria en España se enfrenta al reto de seguir convergiendo a los niveles de productividad y salarios de las economías europeas más desarrolladas, aumentando de esta forma el bienestar de la sociedad.